Y así fue.
La mesa con el toque personal de Mónica.
Hiedras y rosas en un plato de diseño.
Estábamos la mayoría de los socios, y la cena que nos esperaba era una sorpresa, con la que el Presidente nos quería agradar el paladar y la vista.
Comenzamos con una cecina y queso rociados con aceite de oliva, (con una gran presentación), para continuar con unas croquetas de oricios y unas gambas fabulosas.
Hasta este momento los distintos platos de diseño, gustos y sabores preveían una noche culinaria perfecta.
Aquí fue donde el Presidente nos sorprendió con un plato de bonito en tres sabores, chocolate, mandarina y ajo. El debate se abrió y fue difícil el destacar uno, pero mención especial por su atrevimiento el de chocolate
Pasamos a la carne, y nos llega un solomillo ibérico con piñones, que estaba de chuparse los dedos.
Y para terminar, con uno de esos postres a los que ya nos tienen acostumbrados en este establecimiento: helado de chocolate, con frutos del bosque y mandarina.
A las mujeres se les notaba la cara de felicidad, después de una gran cena.
El Servicio de la mesa lo llevaron Tino y Javi. Uno veterano el otro aprendiendo deprisa
Y para terminar, con uno de esos postres a los que ya nos tienen acostumbrados en este establecimiento: helado de chocolate, con frutos del bosque y mandarina.
A las mujeres se les notaba la cara de felicidad, después de una gran cena.
El Servicio de la mesa lo llevaron Tino y Javi. Uno veterano el otro aprendiendo deprisa