VIAJE A CASTRILLO DE LOS POLVAZARES

Este viaje era muy esperado por todos los socios, pero su comienzo con la avería del autobús a la altura de Vegarrozadas, presagiaba que la ruta se terminaba en ese lugar; Pero la agilidad y rapidez de Louro hizo que en una hora llegara el relevo, para seguir camino a tierras leonesas.
Eso hizo que no hubiera paradas hasta llegar al destino. Castrillo de los Polvazares







No por ello el viaje perdió su encanto. Y la caminata desde el autobús al restaurante por esas calles empedradas, fue un verdadero paseo por un pueblo de estilo medieval perfectamente cuidado.








El restaurante Juan Andrés, nos esperaba con un menú de los que llena estómagos insaciables.




Se comenzó por una cecina leonesa de buen paladar, espárragos etc. y metidos ya en la comida seria, nos llegaron varias fuentes de oreja, cabeza y demás partes del cerdo, que hicieron chuparse los dedos,


Ya metidos en la gastronomía leonesa por excelencia, llegaron los garbanzos y  la sopa,   un verdadero calvario de comida.
En exceso y de chuparse los dedos. Cocido Maragato auténtico.












Todo esto estuvo acompañado de un gran vino, que acompaña muy bien las comidas fuertes: PITTACUM

 El postre y el café de pucho, hicieron que este viaje dejara un buen sabor de boca.








Durante la comida varias veces visitó la mesa Juan Andrés, que mantuvo con nosotros un trato muy cercano



 De vuelta a casa se paró en Astorga para estirar las piernas y bajar la comida.
En un bar nos encontramos con la sorpresa de un cuadro con la foto y autógrafo de nuestro vecino y querido Luis Pérez Villamíl.